La Llegada y el Internado

 A pesar de la hora, la gente curiosa y esperanzada aclamaba a las hermanas acompañada de bandas musicales en las afueras de la Plaza Grande.


 Las hermanas se hospedaron en el Convento de los Sagrados Corazones. Este lugar era cercano a la casa del Beaterio, sitio donde les esperaban las 75 huérfanas.


 Más tarde, al verse afectadas por los bajos recursos que poseían, decidieron que lo mejor era fundar un pensionado. El gobierno compró para las huérfanas la casa del señor Carrión que estaba en la actual calle Chile.


Para vencer la escasez de recursos, las hermanas sacrificaron una parte de sus modestos sueldos y así poder recibir nuevas huérfanas y aceptar nuevas alumnas de forma gratuita.


Así, la vieja casa de huérfanas en el Beaterio Viejo dio origen al Colegio de la Providencia, que en sus inicios constaba de dos entradas: por la Pichincha No. 46 y por la Chile No. 27.



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