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 El terremoto de Imbabura en 1868 generó situaciones deplorables. Miles de niñas y niños quedaron en una terrible situación de orfandad. Este fue el factor que impulsó a Gabriel García Moreno, presidente de la época a acudir a religiosas consagradas dispuestas a ofrecerse en ayuda al prójimo por medio del Arzobispo de Quito, Monseñor José Ignacio Checa.

Terremoto Imbabura, 1868

 Cuando Monseñor Checa viajó a la destruida ciudad se vio conmovido por tal situación y, con la ayuda de Monseñor Mérode decidieron que la mejor opción para esta importante labor estaría en las manos de las hermanas de la Providencia y de la Inmaculada Concepción de Champion, Bélgica.

 Monseñor Checa expone su idea ante el Papa Pio IX, el cual la aprobó sin dudar. Inmediatamente el Arzobispo quiteño se dirige hacia Bélgica. Las hermanas de la Congregación aceptan con vigor esta petición; son 8 las elegidas y así empieza esta grandiosa travesía.

 Las hermanas elegidas fueron:

• Sor Honorina
• Sor Marie Edmond
• Sor Loyola
• Sor Antonia
• Sor Marie Claire
• Sor Rosina
• Sor Margarita
• Sor Lutarda